miércoles, 11 de diciembre de 2013

El primer aniversario

¡No me la creo! Hoy se cumple un año de que tenga este blog. El 11 de diciembre del año pasado publiqué mi primer entrada aquí, que justamente era lo primero que escribí, mis orígenes. Aunque no haya publicado muy frecuentemente, me alegro de que algunas personas me apoyen en lo que escribo, le doy las gracias a todos los que me han acompañado durante el trayecto de este gran año. Pensaba tener un relato especial para el día de hoy pero no encuentro cómo acabarlo, así que les comparto esto que fue de lo último que escribí: era un cuento pequeño para la época de otoño.


La estrella del otoño
Los años pasan, las estaciones cambian y las hojas se secan, caen de su lugar mientras dejan el cielo y encuentran una casa debajo.
Grayson Kessenich, "Under the moonlight"

Apenas vio los primeros rayos de sol, no pudo dejar de moverse de la emoción, tanto así que le pegó a su compañera de rama.
— ¡Hey!—fue lo único que alcanzó a decir.
— ¡Es que hoy es el día de la temporada en que nos toca saltar!—dice la hoja, sin preocuparse por hablar en voz baja.
Este es el día en que todas, desde las más húmedas hasta las más secas, irónicamente, cometen un acto suicida para sobrevivir: saltan desde su rama al suelo para llegar a su refugio, que está en la parte baja del tronco, y sobrevivir al invierno.
Hace unas semanas, a finales del verano, esta hoja experimentada tenía miedo acerca de lo que pudiera pasar a la hora del salto pero se dio cuenta de que si moría no tendría que volver a pasar por eso en la vida.
Entonces, horas después del amanecer, cuando el sol estaba justo sobre su árbol, empezó el espectáculo: de la rama a su izquierda empezaron a saltar de dos en dos, mientras de la rama a su derecha se daban tiempo y saltaba una cada tres o cuatro minutos. En su rama nadie daba el gran paso, todas se movían inquietas esperando a que alguien más lo hiciera. 
No son más que pasto en el lugar equivocado pensó la hoja estrella.
No pudo esperar y se lanzó, dejando a sus asustadas compañeras arriba mientras el aire la mecía lentamente. Fijó su vista en el suelo y pudo ver su sombra puntiaguda proyectada en el suelo, haciéndole parecer una solitaria y negra estrella en el cielo de una noche brillante.
Llegaré muy lejos se dijo al tiempo que descendía suavemente.

— ¡Mira!—exclama el muchacho mientras se agachaba.
— ¿Qué?—pregunta interesado su hermano menor.
En respuesta, el muchacho se levanta y le pone una hoja frente a la cara.
— ¿Qué tiene de interesante?—responde impaciente el pequeño.
— Que no es cualquier hoja, ésta tiene cinco puntas.
— ¡Oh! ¡Eso ha cambiado mi corta existencia!—dice el hermano sarcásticamente mientras se aleja, casi al salir voltea—. Tú y tus extrañas colecciones, yo me voy a jugar.
En tanto, el muchacho guarda delicadamente la estrella café en su bolsillo mientras ésta tiembla, ansiosa por descubrir un nuevo mundo.

1 comentario:

  1. Me encanta el relato!! Escribes genial, deberías publicar más en el blog. Me alegro mucho por ti, que grande se está haciendo tu blog no?? Bueno, besos!!

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